Buscar

domingo, 19 de mayo de 2019

¿Está preparado para ayudar a que sus colaboradores den todo su potencial?

Una responsabilidad importante del jefe de un grupo es ayudar a cada uno de sus colaboradores a alcanzar todo su potencial, para beneficio tanto de la empresa como de cada persona. Como gerente de una empresa pequeña esta responsabilidad es aun mayor pues de esto depende en gran medida el éxito del emprendimiento. Los siguientes comentarios son información para pensar y aplicar en su entorno donde y como corresponda.

Una frases que se oye con frecuencia en los ambientes empresariales es que las personas son el mejor activo que tiene una empresa. Pero son pocas las empresas que le dan fuerza a este concepto a través de acciones concretas y directas.

El dinero viene y va. Los productos y los inventarios rotan, los equipos y maquinaria se compran, usan, mantienen y cuando aparecen nuevas tecnologías, se desechan y cambian. 

Solo las personas son capaces, a través de sus acciones y relaciones, de dar vida a la cultura y valores de la empresa para hacer realidad la misión y visión que sus gestores han establecido.

Las personas son capaces de mejorar y con esas capacidades ampliadas, sacar mejor provecho del dinero, los equipos y la maquinaria.
Algunos de sus colaboradores muestran una clara actitud y disposición a buscar ser mejores personas y trabajadores. Otros son más reservados y no evidencian claros deseos de superar sus niveles actuales. Pero todos, son capaces de dar más, para beneficio tanto de ellos mismos como de la empresa, a través de un trabajo más eficaz y productivo.
A usted, como administrador de una empresa, le corresponde acompañar a su grupo a descubrir de qué es capaz, mostrarle el camino para lograrlo y ayudar a quitar las barreras para recorrer esa senda. Galileo dijo: “Usted no le puede enseñar nada a una persona. Solo puede ayudarle a descubrir dentro de si”.
En el mundo empresarial esta actividad se conoce como coaching. No solo no quita mucho tiempo sino que trae grandes beneficios para todos.

Empiece por usted. 
Ser un buen jefe es el primer paso para ayudar a que su grupo mejore. En los vídeos Buen Jefe, Mal Jefe basados en el libro del mismo nombre del autor Robert Sutton, que puede encontrar en los enlaces al final del artículo, hallará varias recomendaciones útiles para consolidar comportamientos adecuados y corregir los inadecuados.
En este material hay una metáfora muy valiosa: no aplaste el ave. Si toma una paloma en sus manos y la aprieta mucho, le hará daño y posiblemente la matará, si afloja demasiado, se le escapará. Esto es directamente aplicable a su labor como jefe. No asfixie a sus colaboradores con un control demasiado cercano, estricto, sometido a reglas y orientado al detalle. Pero tampoco los deje solos. Todas las personas necesitan y aprecian una guía y orientación, en la justa medida.
En los vídeos también se resalta la necesidad de buscar un adecuado equilibrio entre humanidad en su trato con los colaboradores y lograr de ellos el máximo desempeño.

A continuación indicamos algunos comportamientos que debe evitar y acciones que puede ser útil emprender:
  • Quejarse continuamente que está bajo una presión increíble. ¿Qué jefe no lo está? Involucre más a su gente en sus proyectos y responsabilidades. Empiece a delegar poco a poco. Es una buena forma de determinar que habilidades tiene alguien y las capacidades que necesita mejorar y desarrollar. En general, nunca se queje. Lo único que logra es mostrarse débil frente a sus colaboradores.
  • Evite pensar que “se las sabe todas”. No es cierto, ni es posible. Por más tiempo y dedicación que haya puesto en crear y hacer crecer su empresa, siempre habrá posibilidad de preguntar a los demás su perspectiva y opinión. Involucre a los demás. Se sorprenderá y construirá un mejor equipo de trabajo.
  • No desapruebe ni condene a nadie, ya sea de su empresa o de uno de sus clientes o proveedores. Lo único que logra con eso es bajar la energía de la persona que lo escucha. Además, las posibilidades de que su comentario llegue al oído de la persona objeto de su comentario son altísimas. 
  • En linea con lo anterior, evite que su percepción inicial de los demás sea negativa. Es mejor empezar siempre con una imagen positiva y dejar que las circunstancias y los acontecimientos confirmen o modifiquen su percepción.
  • Más sobre la metáfora del ave. Si encuentra que sus empleados trabajan mejor cuando los deja solos, usted es el problema. Un buen empleado no necesita ni quiere que le diga qué y cómo hacer su trabajo. Solo establezca los resultados esperados. Lo que si necesita es que le mencione con adecuada frecuencia el buen trabajo que hace y que comparta con él las estrategias y nuevas direcciones.
  • Algunos jefes consideran que no deben elogiar a su gente por hacer un buen trabajo. Esto es un error. Si debe hacerlo y con frecuencia. No solo es un acto de cortesía, sino que, desde el punto de vista del desempeño, el elogio fortalece los comportamientos positivos.
  • En todo grupo humano hay relaciones informales entre las personas que crean manejos y situaciones, a veces adecuadas y a veces no. Como jefe no puede eludir la supervisión y control de este aspecto político en la empresa. Si la cultura empresarial se ha convertido con el tiempo en algo malo, nocivo y que atenta contra la productividad, trabaje para mejorarla.
  • No se asuste ni se moleste si sus empleados brillan más que usted. Por el contrario, esto debería ser una meta en el desarrollo de sus colaboradores. Rodéese de buenos talentos.
  • Es parte de la naturaleza humana acercarse e interactuar con más frecuencia con las personas que más le gustan, tiene más empatía o comparte intereses. Pero como jefe, no puede cometer ese error. Debe mostrar igual y sincera cercanía con todo su grupo.
  • Criticar es mucho más fácil que elogiar. Debe evitar a toda costa la crítica, sobre todo la destructiva. Lo único que promueve son emociones negativas. Incrementa los sentimientos de miedo y rechazo. Hace sentir a las personas objeto de la crítica molestas, si no furiosas y por mucho tiempo, lo cual promueve que se pongan a la defensiva. Prométase como jefe que nunca más va a hacer una crítica destructiva, no atacará, insultará o disminuirá a ninguno de sus colaboradores.
  • Sáquele el miedo a la organización. Las personas con miedo se limitan, se enferman, no se exponen, pierden espontaneidad, se les baja la energía, no innovan ni proponen nuevas ideas. Desarrolle un ambiente de confianza donde las personas sepan que se pueden equivocar de buena fe, sin temor a crítica abusiva o incluso despidos, y donde se aprovecha el error para construir positivamente. Si las personas sienten que pueden ensayar nuevas formas de hacer su trabajo para que este sea más efectivo, mejora la calidad, el servicio y la imagen ante los clientes, el foco hacia los objetivos y la productividad individual. Cambie el “no puedo hacer eso” por el “si puedo hacer eso”.
  • Con las nuevas generaciones debe pensar en modificar algunos estilos de gerencia más acordes al pasado. Ahora, los colaboradores aprecian mucho la flexibilidad en el trabajo, sitios como cafeterías agradables donde hacer una pausa en la acción, intercambiar ideas con otras personas, alguna consideración especial los días importantes para la persona como su cumpleaños, menos rigidez en la concesión de permisos para asuntos personales, posibilidad de tele-trabajo, no hacer mala cara cuando atienden su ya permanente necesidad de estar conectados con su comunidad de amigos y en general un ambiente más informal y amigable. Este tipo de acciones, que prácticamente no le cuesta nada a la empresa, si reporta más alegría con el trabajo y compromiso con la empresa.
  • Cree metas claras con mediciones concretas. Reconozca los buenos resultados y prémielos, tanto con cosas tangibles como intangibles. El solo agradecimiento público por una tarea bien hecha y a tiempo es muy valioso.
  • Enfóquese más en los procesos que en los resultados. A veces los resultados son un porcentaje muy pequeño del proceso. Si el proceso está bien, los resultados estarán bien.
  • Reconozca que su éxito estará medido por el éxito de sus colaboradores. Recuerde que como jefe “no hace cosas” sino que es la suma de las cosas que hace su grupo.

Con relación a sus colaboradores.
La recomendación genérica es buscar que sus empleados sean felices en sus trabajos. Esto parecer una frase de cajón pero resume todo lo que debe hacer para que ellos busquen dar todo su potencial y ponerlo al servicio de la empresa.
Las personas deben encontrar felicidad en el trabajo, en la relación con sus compañeros de trabajo, en las relaciones con otros niveles jerárquicos y con personas por fuera de la organización como clientes y proveedores, y en general con todo lo que hacen incluyendo la proyección de futuro que ven.
Y para esto, aplica la regla de oro: “Haga a los demás lo que quiere que le hagan a usted”. 
Como jefe debe poner todo su esfuerzo por entender por qué sus colaboradores hacen o dejan de hacer las cosas y evaluar cómo puede influir en ellos en forma positiva.
En primer lugar, enfóquese en los aspectos del trabajo. Revise con mente abierta lo que hacen buscando detectar posibilidades de mejora. Recuerde evitar la crítica y el juicio sobre lo que ve. No es el momento. Evalúe la calidad del desempeño y lo que es más importante, cómo ha cambiado en el tiempo. ¿Es mejor? ¿Menos bueno? 
Cerciórese que cada colaborador tiene claras las funciones en su lugar de trabajo y entiende su contribución para el logro de las metas de la empresa. Es fácil descubrir esto si le pide a cada persona que le describa en sus palabras, su trabajo.
¿Tiene cada uno todos los recursos que requiere para hacer su tarea? Esto incluye sitio de trabajo, equipos, conocimientos, entrenamiento y relaciones establecidas y fluidas con otras áreas.
En segundo lugar, debe conocer a la persona.
Todas las personas tienen un concepto ideal de lo que quieren ser o tienen potencial de llegar a ser. De similar forma, tienen una imagen de si mismos y diferentes niveles de auto-estima. Cada persona tiene preferencias y le gusta hacer unas cosas y otras no tanto. Busque elementos que le puedan dar luces sobre estos aspectos. Las reuniones uno a uno que hace con ellos son una buena oportunidad para esto. Otra es compartir de vez en cuando el tiempo de almuerzo con un colaborador. Pero preste atención detallada. Es posible que su gente solo le esté diciendo lo que cree que usted quiere escuchar.
Procure el mayor grado posible de alineación entre los objetivos de cada persona y los de la empresa. Lógicamente, no siempre se puede, pero solo intentarlo ya hace una gran diferencia.

  • Delegue trabajos concretos. Se ayuda usted y ayuda al colaborador. Descubra con ellos qué les hace falta para completar la tarea asignada en forma más efectiva y ayúdeles a desarrollar esa capacidad adicional.
  • Con el entrenamiento inicial al vincular a una persona a la empresa, le enseña los básico sobre las tareas que debe adelantar. Con el tiempo, descubrirá que cada persona tiene diferentes habilidades y capacidades. Si entre los dos encuentran que desarrollando una capacidad adicional, puede ser más efectivo en el trabajo, ayude y de soporte para que el colaborador adquiera esa capacidad.
  • Sugiérale que incremente sus conocimientos en algunas áreas. Esto es diferente de mejorar las habilidades, lo que se logra con el trabajo que hacen. Invítelos a que se conviertan en aprendices activos y auto motivados. Resalte que entre más temas diversos domine, tiene más posibilidades de subir en la organización.
  • Fomente en su grupo que construya relaciones con personas que tienen que ver con su trabajo. Construir relaciones no es solo conocer gente, es también prestarles un servicio, hacerles favores, agregar valor a la simple relación laboral.
  • A aquellos que no siempre son calmados y agradables, sino más bien son volátiles, oriéntelos a que descubran, acepten y aprendan a manejar ese rasgo de su carácter. Si aprenden a manejar sus emociones, crecerán más fácilmente dentro de la organización. No trate de cambiar personalidades. No es posible. Oriente a cambiar comportamientos.
  • Fomente que todos se cuiden físicamente. Comer bien, hacer ejercicio y visitar con regularidad suficiente al médico.
  • Comparta lo que sabe sobre establecer prioridades. Esto es un componente básico del éxito. Nunca podrán ser mejores personas si desperdician tiempo en actividades sin mucho valor o se dejan distraer por otras personas o por asuntos irrelevantes.
  • Aproveche a la gente de más edad y experiencia en su empresa para que sirva de mentor para los nuevos. Evidentemente debe administrar esa relación que estará plagada de los inconvenientes usuales entre generaciones. Al veterano adviértale que el más joven quiere las cosas rápido. Al joven infórmele que el veterano no se deja impresionar por las habilidades en el manejo de la tecnología. Ambos tienen cosas que compartir. Ambos pueden aprender el uno del otro.


Vídeos


No hay comentarios.:

Publicar un comentario